sábado, 16 de octubre de 2010

De camino a Ostagar

La Ruína acecha Ferelden por doquier.
Tras librar a la vieja bruja Andrea de su ataque por parte de cinco engendros tenebrosos nos encaminamos hacia Stalstadt, el pueblo del que es originario Benethor. Una vez allí descubren la cruda realidad: de las 8 o 9 casas del pequeño pueblo costero no quedan sinó unas casi irreconocibles ruínas quemadas. Un lugar que antaño rebosaba vida, es ahora un erial abandonado. Cerca de la vieja fragua de Benethor aparecen unas extrañas huellas de zarpas que parecen haber rondado la casa, y dentro de ésta, encima de unas cenizas que hay en una esquina, parece haber descansado un ser bastante grande. Tras ojear cerca de la playa, aparece un pañuelo amarillo completamente ensangrentado y raído, la suposición no tarda en aparecer: Parece que los Embusteros Amarillos debieron encontrarse con su merecido por esta zona, al fin y al cabo.

Al dia siguiente, y pese a la insistencia de los pjs para que la vieja Andrea los acompañe a un lugar más civilizado, ésta se niega rotundamente diciendo que su amiga cuidará de ella (esta amiga de la que habla parece ser un ser peludo y bastante grande que ronda por los bosques cercanos). Al final, atentos a su deber, el grupo abandona la comarca para dirigirse hacia Ostläger e informar al Arl Dawyn de sus últimos hallazgos.
Una vez allí hablan con el Arl y tras cumplir Benethor su palabra de hacer un martillo de guerra para Cirus el mercader, parten hacia Ostagar para llevar nuevas al Rey Cailan de que la Ruína parece haberse presentado ya en la zona Este de Ferelden, al cabo de unos dias, las tropas del Arl, se dirigirán tambien hacia la antigua fortaleza.
Los pueblos por los que pasan son una sucesión de paisajes esperpénticos: Algunos han sido abandonados para huir lejos del temor a la Ruína y otros, sin tanta suerte, han sido masacrados en masa y el grupo se encuentra los cadáveres de todos (o casi todos) los lugareños amontonados en la plaza del pueblo. Cabezas empaladas, cuerpos desmembrados de mujeres y niños les muestran la auténtica cara de la Ruína. Una voz resuena en sus cabezas: Luchar contra la Ruína no es ningún honor, es algo que hay que hacer porque no queda más remedio. Como diría Benethor: Son ellos o nosotros!
En el camino, Nathaniel (el explorador de las Marcas Libres que habían conocido en la posada de Martillo y Corneta en el Bastión de la Vigilia) se une a ellos. Ha comprendido que la lucha contra la Ruína es cosa de todos y tambien va a Ostagar.

Una  vez allí y tras presentarse y dar las malas nuevas al Rey Cailan un Inquisidor de la Capilla aparece con una guardia de cuatro templarios que agarran a Benethor por el hombro e intentan prenderlo al grito de: ¡Dhur´an Carno! Por crímenes contra la Capilla y Ferelden, date preso! ¡Esta noche pagarás por tus pecados, demonio, y serás quemado hasta morir!
El Rey Cailan
Sindor y Loras intentan interponerse entre su compañero y los templarios, pero Benethor se entrega en buena lid y postra sus armas. Parece que esta vez no hay escapatoria para nuestro pobre herrero-guerrero que no entiende porqué lo prenden. Pero de pronto, resuena una voz tras las filas de templarios y, Duncan, Primero de los Guardias Grises hace efectivo su derecho de llamada sobre Carno (o Benethor como el prefiere que le llamen). El Inquisidor se retira bastante fastidiado rumiando su venganza entre dientes.
Nuestros valerosos aventureros se dirigen a la Espesura de Korcari a conseguir sangre de engendro tenebroso para la Iniciación. Loras y Sindor, tras pensarlo un momento, se unen tambien a los Guardias Grises aunque no saben que esta Iniciación puede matarlos. Además de eso, deben buscar unos pergaminos en una vieja capilla en el medio de la Espesura, según les encarga Duncan. Tras luchar con 6 Genlocks (y sobrevivir por muy poco al durísimo combate que presentan) consiguen hacerse con la sangre y encuentran un cofre destrozado en el que solo hay uno de los pergaminos que esperaban. Por lo que parece, está escrito en antíguas runas Enanas, al estilo de Orzammar.
La fortaleza de Ostagar
En la Iniciación, se les sumará otro aspirante a Guardia Gris, Sir Gudric, un caballero de Denerim que, por desgracia para todos, morirá en la Iniciación. Loras y Benethor caen inconscientes pero sobreviven y Sindor consigue pasar la ceremonia sin ningún problema. Cuando los inconscientes se despiertan, al cabo de un par de dias, ven llegar a las tropas de Ostläger con sus amigos, el Arl Dawyn,  Sir Baldric Dugos y Sam, el Dragón Negro. Por lo que cuenta Sir Baldric, el pequeño mabari Mabu sigue creciendo a pasos agigantados, aunque no lo suficiente como para enfrentarse a la Ruína...por ahora!.


En la Guerra, Victoria. En la paz, Vigilancia. En la Muerte, Sacrifício. 

1 comentario:

  1. Las cosas se complican cada vez mas,pero seguro que al final todo saldra como debe ser(de pinga).
    Ya me tarda que sea viernes.

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