miércoles, 9 de diciembre de 2015

El Camino Oscuro 1º parte: Un viaje azaroso




Mes de Junio del año de nuestro Señor 1295

Mes de Rayab del año 694 de la migración a Medina


Nuestra historia comienza en Málaga, puerto comercial perteneciente al Reino de Granada, donde tiene su residencia de descanso de Rasiq ibn al-Hassan, señor de los voluntarios de la fe (sajda al guzaa), el cual descansa allí recuperándose de la derrota y las heridas sufridas en el asedio a Tarifa, donde sus fuerzas fueron rechazadas en multitud de ocasiones por las tropas de Alfonso Perez de Guzman hasta que finalmente hubieron de retirarse.

Rasiq se ha enterado hace poco que uno de sus lugartenientes, Abraim Abengalip AlSaber, al que creía muerto en el asalto a Tarifa pero estas noticias eran infundadas y el buen creyente había sido hecho prisionero y encerrado en las mazmorras del castillo. Por alguna razón hasta el momento este hecho no había trascendido, pero gracias a Alá un prisionero recientemente liberado ha dado las buenas nuevas y el buen Rasiq está dispuesto a pagar un cuantioso rescate por la liberación de su lugarteniente. Y para realizar tal acto manda llamar a su presencia a Ayman Abdel Khalid, capitán del Alnnuris al'abyad, un velero rápido y robusto y con una tripulación con fama de competente a pesar de contar con gente de diversas nacionalidades y credos. como por ejemplo Gerencio de Vilaboa, un soldado gallego veterano de Tierra Santa, Abdel Abdul Rahim, un marino del reino nazarí de Granada, o Martiño Freitas, un marino judío nacido en el reino de Portugal. Todos ellos hombres valientes, provistos de recursos y probada valía.

Así que la mañana de un caluroso martes del mes de junio de 1295 el capitán llama a estos tres miembros de su tripulación para que acudan junto a él a visitar la casa de campo de Al-Hassan, situada a las afueras de la ciudad, rodeada de campos de cultivos y de las casas de los pobres y de los bandidos que no se pueden permitir residir dentro de las murallas de la medina. Tras pertrecharse para el corto viaje los cuatro parten desde el puerto hacia la casa, una bella mansión con amplios jardines y fuentes que refrescan el ambiente, en la cual a su llegada son recibidos por unos criados que conducen a los miembros de la tripulación a la cocina para que tomen unos dátiles y al capitán a los jardines para entrevistarse con el del señor de la casa.

Rasiq ibn al-Hassan, señor de los voluntarios de la fe
Un buen rato después el capitán vuelve ante su tripulación con un rictus de preocupación en su rostro y con un pequeño cofre de bella factura entre las manos. Tras despedirse de los sirvientes el grupo vuelve sobre su pasos camino de Málaga y por el camino Khalid les cuenta el objetivo de su misión, el cual no es otro que ir a Tarifa a liberar al antiguo lugarteniente del Jefe de los Voluntarios de la Fe, ya sea pagando su rescate con los maravedís que contiene el cofre que le han entregado o por los medios que sea necesario. Por lo que parece el tal AlSaber es, además de un buen soldado, un estudioso del Corán y de las leyendas anteriores al Profeta. Y antes del asedio a Tarifa le había comunicado a su señor que conocía la existencia de unos infieles que conspiran para destruir al Islam y que servían a unos seres anteriores a Adán, los Solimanes, presuntamente destruidos por los Ifrits rebeldes, pero que según lo que había averiguado esto no era realmente cierto, así como que no todos ellos eran creyentes y servidores del altísimo, sino que entre ellos los había infieles y estaban dispuestos a acabar con la obra de Ala. Afortunadamente este los había encerrado en lo mas profundo del infierno pero sus voces se alzaban desde allí envenenado la mente de los hombres, contándoles secretos que estos transcribieron en un manuscrito llamado el Alttariq Almuzlim, El Camino Oscuro, que contiene poderosos hechizos mágicos y el conocimiento necesario para liberar a estos seres de su encierro. Afortunadamente este libro fue arrancado del poder de esos infieles gracias al sacrificio de unos buenos creyentes los cuales dieron sus vidas para robar y esconder ese manuscrito maldito. Así a sido desde hace generaciones pero parece que ahora esa secta ha recuperado parte de su poder, se ha infiltrado entre los poderosos de la tierra y está en condiciones de recuperar el manuscrito de su olvidada tumba donde reposa sin ser molestado.

Asombrados ante estas noticias pero mas bien incrédulos ante algo que mas bien parecían leyendas o cuentos de viejas, y mas preocupados por las monedas que llevaban en el cofre el grupo llego a las inmediaciones del puerto donde se encontraron con un grupo de mendigos que golpeaban con saña a otro pordiosero. En un principio no hicieron mucho caso al asunto por ser habitual en el puerto, pero cuando el mendigo agredido comenzó a gritar en castellano pidiendo auxilio Gerencio comenzó a ponerse nervioso, y cuando le pareció reconocer la voz como la de Fernandus, un compañero de fatigas del asedio de Acre, en Tierra Santa, no pudo resistirse y se lanzo entre los atacantes repartiendo bofetadas y patadas siendo pronto secundado por sus acompañantes dispersando a los mendigos y rescatando al cristiano al que acompañaron al barco para que pudiera descansar y recuperarse de los golpes. Y mientras este descansaba la tripulación preparo el navío para el viaje hacia el puerto de Tarifa, partida que habría que demorar ya que era necesario esperar a la llegada de un pasajero que propinaría el éxito de la misión encomendada, y esta no era otra que Fatima, una bailarina al servicio del señor de los guardianes de la fe con amplios conocimientos en diplomacia y en las artes amatorias.
El Alnnuris al'abyad
Al alba de la mañana siguiente el mercante partió con la primera marea con un soleado día y un viento ligero, así que las primeras horas de viaje fueron tranquilas pero pronto el cielo comenzo a nublarse y el viento a arreciar, y junto con ese fuerte viento llego un peligro que lleno sus corazones de terror, unos ifrits o shaitanes tal vez con la forma de enormes perros y alas de murciélago se abalanzaron contra la tripulación, la cual en su mayor parte se lanzo al suelo a rezar por sus almas y pedir perdon al altisimo por los pecados cometidos. Afortundamente los mas valientes mantuvieron la calma y lanzaron flechas contra ellos consiguiendo derribar a alguno, asi que solo dos de esos seres consiguieron poner sus garras sobre la cubierta. Contra ellos se lanzaron bien pertrechados con hachas y cuchillos tanto Gerencio como Rahim y Martiño consiguiendo acabar con ambos pero no sin ninguna herida, ya que al final del combate junto a los cadáveres de los demonio yacia sobre la cubierta el judío sangrando abundantemente por una enorme herida en sus partes nobles. Diríase que en la cruel refriega el sanguinario demonio había vendido cara su vida y había capado al pobre portugués.