Después de permanecer un par de días ocultos en el escondrijo de Benayun (el zamorio que habían rescatado de las mazmorras de la mansión de Hisarr Zul) y enterarse gracias a sus contactos de que el robo no había sido denunciado a la guardia de la ciudad los orgullosos Rondo y Ragnar decidieron celebrarlo bebiéndose las riquezas adquiridas por todos los antros del Mazo. Así tras un par de días de celebración las noticias de su hazaña fueron atrayendo a todo tipo de vividores y aventureros hacia ellos, ansiosos por capturar algo de ese halo de fortuna que parecía envolverlos. Y las noticias parecieron traspasar los límites del barrio ya que mientras el joven Vanir volvía a contar su historia de nuevo, sin que mucha gente la entendiera ya que su conocimiento de los idiomas civilizados no era muy extenso, un grupo de soldados de la guardia entraron en la taberna en la que se encontraban con el encargo de escoltarlos hasta el palacio del gobernador ya que este requería su presencia. Extrañados, intrigados y muy borrachos Rondo y Ragnar decidieron dejarse llevar por los guardias, los cuales además también “reclutaron” a algún aventurero más de entre la escoria de la taberna.
Y de esta manera aconteció algo extraordinario y es que la guardia de la ciudad escolto a un grupo de forajidos desde el mazo hasta el palacio del gobernador, y no para encarcelarlos sino para que pasaran la noche en el. Además de Rondo y de Ragnar los otros “voluntarios” eran Deneom, un joven bárbaro cimerio; Galbro, un espadachín zíngaro; y Dimas, un bribón zamorio nacido en la propia Arenjun. Tras atravesar la ciudad y entrar en la zona amuralla que rodeaba el palacio los guardas condujeron a sus invitados hasta un barracón vacio donde pasarían la noche ya que hasta el gobernador se encontraba durmiendo en sus habitaciones y no los recibiría hasta el día siguiente así que el grupo tras hablar un poco entre ellos se dispuso a pasar la noche. Y esta transcurría tranquila hasta que de repente Deneom, cuyo sueño era tan ligero como el de un gato, se despertó al escuchar como una de las ventanas se abría lentamente y a través de ella entraba en la habitación un ser del tamaño de un niño pequeño contraído, achaparrado y con unas pequeñas alas de murciélago en la espalda. Totalmente quieto el cimerio espero a ver qué sucedió y así vio como el ser se acercaba a rebuscar en los enseres del Vanir mientras otros dos seres similares al anterior se encaramaban a la ventana. En ese momento agarrando su espada Deneom salto por encima de los catres y se abalanzo contra los demonios mientras gritaba para avisar al resto del peligro. Al oír esto todos los del barracón se despertaron y a pesar de la impresión cogieron sus armas y comenzaron a luchar contra esa especie de monos alados. (Todos excepto el bueno de Rondo que al ver a esos bichos quedo totalmente inconsciente por la impresión). Acabando con ellos rápidamente ya que esos seres no eran demasiados diestros en la lucha cuerpo a cuerpo y cuando los guardias entraron en el barracón solo pudieron aterrorizarse ante la visión de sus cadáveres.
El Gobernador Oleska |
Vamos un poco retrasados con las crónicas de las aventuras..XDDD A ver si Pepe, Manuel o alguien (sin ser yo, claro xD) se anima a colaborar en este tema...
ResponderEliminarUn saludo.
P.d. Genial la crónica, como siempre.
Intentare darle un poco mas de caña que hay un monton de cronicas pendientes para antes de que acabe el año.
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